La venganza de Don Mendo se estrenó en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1918, consiguiendo un gran
éxito y convirtiéndose en una de las comedias más celebradas de nuestro teatro.
Es la obra que más se representa en España junto con Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, Fuenteovejuna,
de Lope de Vega y La vida es sueño, de Pedro Calderón de la
Barca. Sus diálogos en verso son una especie de muestrario de la mayor parte de
las formas estróficas de la poesía
castellana.
Se ha dicha que esta obra pertenece al subgénero teatral
denominado «astracán», pero esta catalogación es incorrecta. La obra ofrece
todas las características de la parodia, burlándose del tema del honor, tan
frecuente en nuestro teatro e incluyendo en clave de mofa versos y fragmentos
de diversas obras famosas.
La venganza de Don Mendo abunda en juegos de palabras y golpes de humor y es una
reducción al absurdo de los elementos propios del drama histórico con fines
paródicos. Se unen elementos detonante del ayer y del presente en obvios
anacronismos, haciendo además que personajes medievales se muevan en un mundo
dominado por la moral
utilitaria del tiempo de Muñoz Seca.